Ando removida por un libro que no es lo que parece. Ya lo mencioné un día, pero ahora estoy a punto de rematarlo y no quiero que se acabe. Desconocía a su autora, Irene Vilar, portorriqueña (y nieta de Lolita Lebrón, una figura del nacionalismo de ese país que ama mi mejor amiga), y jamás lo hubiera leído porque es la autobiografia de una adicta…