El poder es asomarse a un balcón y no ver un precipicio. Como soy demócrata como yo sola, asumo que el pueblo ha hablado. Y el pueblo es esa masa vestida de azul que jalea y salta sin tener en cuenta a los vecinos. “Hoy no se duerme, señora, ¿no se ha enterado?” Con la victoria electoral ocurre como con la boda. Te lo pasas…