Mi querida Big-Bang: Hacer shopping en domingo es un acto de rebeldía. Antes tocaba misa y aperitivo, paella familiar y telefilme cutre siestero. Ahora, y a pesar de Esperanza Aguirre, los domingos se han vuelto respondones. Tú sales a las once a desayunar lo que viene a ser un brunch, con los periódicos en las manos y la esperanza de no cruzarte con nadie conocido…