1. Ayer regresando de la Cuevona -una catedral de estalactitas y estalagmitas por cuyo interior pasan coches- me di cuenta de que cada año dejo un puñado de hallazgos pendientes para asegurarme la vuelta al paraíso. Antes había dado cuenta yo solita de una ración de zamburiñas plancha que me proyectaron a un viaje lisérgico sin ácido ni resaca. Más tarde, me enganché ligeramente a…