1. Me hice instalar hace poco aire acondicionado en el dormitorio para dormir la canícula de julio. Ahora me paso las noches apagando y encendiendo el telemando, al dictado del sudor o el estremecimiento. Duermo peor que nunca setecientos ochenta euros después. Y sí, tiene un programador más afinado que los de la NASA, pero cuando se apaga mi termostato experimenta un calentón nuclear porque…