“Con esas uñas dan ganas de chuparte los dedos”. Parece que algunos se toman la molestia de elaborar los piropos. La mujer se contempla las uñas, rojas, y las esconde en los bolsillos del chaquetón. El tipo sonríe y pide disculpas. “No quería molestarte, perdona” Ayer un desconocido quiso chuparme los dedos. “¡Qué asco!”, exclaman las chukis al unísono. (Pienso que, puestos a chupar, la…