Mi querida Big-Bang; Llevo tres días desenchufada de la terapia y sometida a la tortura de ver películas sin parar, como el protagonista pendenciero de La Naranja Mecánica. No, nadie me ha colocado palillos en los párpados, pero sí en decenas de pintxos de foie con variaciones -compota de manzana, cebolla caramelizada…- convenientemente regados de zuritos. Es lo que tiene ser una estrella de incógnito…