Me pregunto cuántos de nosotros somos corruptos potenciales. Lo digo desde la frustración porque nunca me han sobornado con más sobre con dinero que el aguinaldo navideño de mi abuela: “Toma, nena, para que te convides”. O sea, que no he sido tentada por los dioses con pagas extras bajo cuerda acompañadas de una palmadita en la espalda. Como la mayoría de la gente. El…