El día de la Marmota La rutina, tan relajante, ha vuelto por sus fueros. No hay nada tan agotador como inventar los días. Las vacaciones tienen esa carga paradójica que dispara las mentes hacia la aventura y los cuerpos hacia la pereza, en una lucha antitética donde uno acaba extenuado por decreto. Pero en cambio llega la dictadura del despertador, el reparto de chukis en…