Lo bueno de levantarse temprano es que nadie te incordia el pensamiento. Lo malo es que, con un poco de mala suerte, coincides con los que aún no se han ido a la cama. Un encuentro afterhours puede ser fatal. Tú apestando a café y el otro ginebra. Hay alientos incompatibles. Cuando trabajaba en la radio solía llegar de madrugada, a eso de las tres,…