Quedo con un hombre que conocí una vez. Un ejecutivo de alto standing. Lo han despedido de la empresa donde estaba pero a lo largo de toda nuestra cita no escucho ni una sola vez esa expresión. “He salido”, o “el día de mi salida” eso es lo que repite dos o tres veces, sin un asomo de tristeza ni autocompasión. Los hombres “salen”, a…