Escribo mientras una polilla gigante me sobrevuela. En realidad, podría ser un vampiro agazapado, así que la miro de reojo con la esperanza de que entienda que aquí no se le ha perdido cada y que este cuello no admite mordiscos de insectos oportunistas y madrugadores. La culpa la tiene el Telediario, que lleva hablando de la plaga de polillas dos días. Los cambios del…