“Me he dado cuenta de que probablemente ya he vivido la mitad de mi vida y ahora me dispongo a decirle a todo el mundo lo que pienso”. Pasados los cuarenta acumulamos certezas y  nos da por ser muy libres. Pero decir lo que uno piensa, sin circunloquios ni anestesia, a veces se parece a poner en marcha un ventilador o darle una pistola a…