Tras el perdón del Rey, llega el perdón de Urdangarin. La familia que pide perdón unida, permanece unida. A mí siempre me han dicho que de nada sirve disculparse si no es de corazón. Viene a ser como jurar cruzando los dedos por debajo de la mesa. Una vez pegué una patada a una profesora. Yo tenía cuatro años e iba a parvulitas (así se…