A lo largo de la vida uno va acumulando manías. Por ejemplo, mandar. A mí me sale solo, con una fluidez que da miedo, y aunque siempre puedo decir eso de “procedo de una larga estirpe de mujeres con vis militar pero sin mando en plaza”, no cuela del todo como excusa.  En el fondo siempre he suspirado por ser una de esas tiparracas que…