Ayer entré en una farmacia cerca del trabajo. La farmaceútica me miraba fijamente, y al fin me dijo: “¿Tú vas todos los días en el autobús X con una niña, verdad? Te llevo viendo desde hace tres o cuatro años”. Le dije que sí, y entonces ella añadió: “Siempre comento con mi amiga, que va conmigo, que la niña es riquísima, tan educada, que saluda…