Mi rey favorito era Baltasar cuando en España no había negros. Recuerdo haber escrito cartas a los Reyes con pocas peticiones porque en casa nos dejaron muy claro que había que repartir. Y recuerdo que enseguida mis hermanos y yo dejamos de pedir. Seguramente porque casi nunca nos traían lo que queríamos. Pero a cambio había verdaderas sorpresas en el salón familiar donde sus majestades…