Conversación 1. Por teléfono. –Mi terapeuta es una cotilla. Lo he notado porque se le encenden los ojos cuando le hablo de mis obsesiones.  -¿No será que estás obsesionada con eso? -No. La he puesto a prueba y me he inventado dos o tres manías más, bastante sórdidas. Y no se ha dado cuenta de la trola.  -¿Y? -¡No te sabes el chiste del tipo…