P { margin-bottom: 0.21cm; } Hay una mujer que abandonó su condición de urbanita, se vino a vivir a la costa en un pareado con vistas a la pared de otro, se compró un chucho sin pedigrí y se echó un novio extranjero con el que visitar pueblos y alrededores en otro idioma. De su vida anterior le queda una melena que mantiene impecablemente tenida…