El tiempo del desdén llegó salvaje y manirroto. No porque estuviera marcado así en el calendario. En realidad era, es, un comodín, un arma de destrucción pasiva. La mujer o el hombre que piensan ejecutarlo deben concentrarse bien frente al espejo. El desdén es escurridizo. Si te pasas un pelo, deviene mueca. Si no llegas, mohín. De toda la vida he desdeñado a los desdeñosos….