Me violentan bastante las personas que insisten mucho en algo, pese a que tú te escurres de su apremio con cara de pocos amigos. Ellas vuelven a la carga con vanos argumentos que refuerzan con la taladradora de las formas. Al final a veces logran que accedas por puro hartazgo, como esos niños porculeros que se salen con la suya a base de repetir sus…