1. Por más que lo intente -habré estado una docena de veces-  París siempre me viene grande. Y no es sólo cuestión de dimensiones. Es Mademosielle Grandeur,  esa una mujer altiva apuntando con su nariz hacia el cielo. Tú tratas de mirarla de tú a tú, pero mascullas ese tipo de usted propio de la servidumbre.  Y te pruebas una gabardina clásica como en cada…