Apenas he hablado en todo el fin de semana. Las curas de silencio son imprescindibles y te dejan la piel tersa y el pulso al ralentí. Calculo que el sesenta por ciento de lo que decimos a lo largo del día podríamos ahorrárnoslo. Callar muchas horas seguidas equivale a una de esas limpiezas de cólom que practican los hierbas y que dan pie a conversaciones…