Últimamente investigo a esas personas que sólo te tratan bien o te hacen caso cuando las maltratas. Tú te acercas con normalidad y te regalan desdén, indiferencia y distancia con unas gotas de altivez.  Pero si tuerces el gesto, ensayas el mohín displicente y te das la vuelta los tienes bebiendo de tu mano. Son enfermos, me temo, y entrar en su juego es contaminarse….