La novia cadáver Una vez, alguien que decía quererme me regaló unos pendientes. Llevaba por entonces unos quince años sin colgarme nada en las orejas. De modo que sólo había dos lecturas posibles a aquel gesto dadivoso: o no se había fijado en mí en todo ese tiempo de apasionado amor, o no me quería y me lo estaba dando a entender de esa manera….