Me dice Y. que ha soñado conmigo. Dado que Y. apenas  me conoce, me inquieta pensar cómo la apariencia se cuela en el subconsciente ajeno y qué contornos tendrá. Por mi parte, he soñado que pisaba un pilón lleno de cerezas maduras, y los jugos rojos salpicaban el blanco de mis pies,  y componían un cuadro pegajoso, un Jackson Pollock, del que no escapaba porque…