Playa de Lord Byron, ayer, despidiéndonos Cuando leáis estas líneas me habré arrancado el corazón. Siempre me han molado las cartas dramáticas de despedida. Quizás porque no soy nada nostálgica y cuando me voy de algo o de alguien trato de recomponerme a toda prisa. Ayer me despedí de Lord Byron y eché unas lagrimitas frente a su acantilado brumoso. Esta tarde saludaré la Castellana…