Ni trigo, ni dulces, ni lácteos. Si te quitan todo lo que te gusta, te queda lo que te conviene. Lo que te conviene no suele ser muy sexy, convengamos. Te conviene dormir ocho horas, desayunar achicoria en lugar de café, ingerir gotas homeopáticas que saben a rayos y centellas, bajarte cinco centímetros del tacón y salir con amigos -gays mayormente- que te besan en…