“Revolcándome en el lodo, jugando a ser osezno, mi inocencia era aterradora. Niño que nace en un entorno de matanzas, niño que adopta la matanza y la encuentra normal. A mí, al menos, me pasó. Y eso previamente a los efectos de la testosterona, antes de la pubertad. Yo ya era un monstruo antes de convertirme en otra clase de monstruo“. “Goat Mountain”, David Vann…