Por la voz, debía tener unos cincuenta años. Se quejaba de que no puede bailar tangos con su pareja porque está mal visto que dos hombres bailen agarrados. “Nosotros es que lo bordamos, Magdalena. Salimos a la pista y nos hacen hueco en Benidorm, en un local de ambiente…” Anoche el insomnio vino a visitarme en forma de Minichuki con pesadillas, y seguí el protocolo…