Mi querida Big-Bang: Yo quería una chupa de cuero negro, la clásica de policía de Nueva York. Un poco canalla, bien ceñida a mi cuerpo, incluso reventona. Con esas pieles gruesas y flexibles que con los años y las madrugadas de gin cogen apresto y son leyenda. Así que me fui a la catedral de las chupas, donde me probé una tras otra, delante de…