Comparto confidencias hace poco con alguien que piensa parecido. La diferencia probable es que hemos llegado al mismo sitio por distintos caminos. Que los mojones que marcaron los tropiezos no coinciden y nuestros husos horarios tampoco. Hay encuentros que son una parada con banco de madera, un magnolio balsámico de hojas brillantes y flores abiertas, perfumadas,  y el tiempo por delante sin reloj. Citas inesperadas…