Leo que la cuarta y ultima versión de “El Grito” de Munch se ha vendido por 91 millones de euros, cifra récord. No me extraña. El aire de los tiempos impone gritar. Desgañitarse. O que lo hagan otros, los artistas. Cuando el arte se pregunta quién es o cuál es su lugar en el mundo, no conecta con la mayoría. Cuando se pregunta qué está…