Leo cada mañana en un periódico digital: “¿Qué harías por conocer a Pablo Alborán?” Y cada mañana respondo en voz alta: “NADA”. Anoche cené con H. Un amigo y gran escritor con quien suelo jugar a las palabras. Él venía satisfecho de la que le regalé en nuestro último encuentro: “Mamporrero”. La había utilizado, me confesó, para criticar a un político en una columna de…