Muchas mañanas coincido en el autobús con una madre. Es corpulenta, de gesto adusto y fuma a profundas caladas mientras sus dos hijos, de unos ocho y once años, se miran las puntas de los zapatos, cargados con enormes mochilas. No hablan. Una vez en el autobús y liberada de la carga del tabaco, la madre examina al mayor. Unos días es inglés, otros conocimiento…