Acabo de descubrir que estoy leyendo el libro de un autor que detesto. Steve Martin forma parte de esa trilogía de histriónicos que me ponen del hígado: Jim Carrey y Eddie Murphy son los otros dos. Y ahora tengo un problema. Digamos que arranqué “Un objeto de belleza” (Mondadori)  con entusiasmo un mediodía en el Pabellón del Espejo, delante de unas deliciosas lentejas estofadas. Todo…