“Mi diario íntimo es un ataúd en el que la momia del día se conserva, a veces embalsamada, pero seca, tiesa, con la boca torcida en una mueca: muerta, en una palabra“. La madrugada me ha sorprendido decidiendo en qué invertir el último día de vacaciones. Con esa tentación de sumergirme en los pliegues más íntimos de Amiel, mi nuevo compañero, para revolcarnos juntos en…