Una señora de edad indefinida entre los setenta y la muerte entra en la farmacia. Lleva rellenos de todo tipo en la cara, el pelo impecable de peluquería y un cigarrillo con delicada boquilla de plata en su mano derecha, terminada en uñas larguísimas de buitre leonado teñidas de color mandarina. -Deme la vitamina-12 más fuerte que tenga, esa que lleva triptófano. La farmaceútica no…