Anoche Gil de Biedma brujuleaba por Manila mirando muchachitos con inédito pudor y yo pensaba que hay, por ejemplo, dos tipos de hombre: los que ven el sombrero y los que ven la boa que se ha tragado al elefante. La diferencia no es sólo la obvia, es que los segundos a menudo y por efecto de una extraña transferencia sufren indigestiones pesadas y regurgitan…