-El último te quiero lo dije yo y no obtuve respuesta. -Ah, ¿pero era una pregunta? A veces uno, en su duermevela cotidiano, imagina un diálogo completo y no para hasta atribuírselo a un personaje. Una vez que lo vomita, retoma el sueño. O no. Creo recordar que hace tiempo hablé con R. de esas preguntas presuntamente inocentes que uno hace para poner a prueba…