Mi querida Big-Bang: Sí, un buen tinte puede cambiar tu vida. Y más en una peluquería donde no hay revistas del corazón ni carritos con rulos rosas y celestes, ni cepillos redondos con pelos, pero sí facturas de tres dígitos. Es decir, en una pelu convencional te atienden Vanessa o Yolanda, que son pizpiretas y tienen novio en Fuenlabrada, y entre brochazo y brochazo cortan…