Lo que más me interesa del asunto independentista catalán es hasta dónde se va a tensar la cuerda. Soy partidaria de no mantener a nadie a mi lado contra su voluntad. Es más, ante la mínima sospecha de desinterés del otro tiendo a hacer la maleta y me voy. Llamadlo orgullo, abulia o falta de recursos para encajar una derrota. No hay nada más patético…