Cada vez que voy a IKEA, me contracturo la espalda. Así que  lo que me ahorro por un lado me lo gasto en el fisio. Pero nada que no compense esa sensación de autosuficiencia que otorga coger de la estantería M-4, supongamos, una balda con endiablado nombre sueco que luego no encaja en el hueco donde pensabas colgarla (porque medir está sobrevalorado, ya tú sabes)….