Le reprocho a C: “Te has quedado moderna” y la paradoja de la frase hace que me dé la risa. En la sala de embarque, el otro día, un hombre se dirigía a su mujer con esa coletilla detestable -“como digo yo“- y ella asentía dócil porque sin duda ese matrimonio consolidado se había hecho fuerte a base de sobreentendidos y autocitas de escaso interés….