-Siempre te queda la opción del desengaño. Cortar la cuerda ya. Sin extender la red. Llamar a la ambulancia. Desangrante. -Y la de la grandeza o la del olvido lento, como nieve. Encajo diálogos en boca ajena. Desayuno estevia en el café. Miro con rencor la ropa de correr, algo abandonada últimamente. Proclamo que ya toca un finde de campo y enmimismamiento, cuando sea posible…