El gobierno de los tecnócratas se parece a un hombre que repartió sus talentos entre sus tres hijos lerdos. “A mi vuelta me tendrás que decir qué hiciste con ellos”, le dijo a cada uno. El primero los puso a plazo fijo y vivió miserablemente rezando para que el banco no se declarara en quiebra. El segundo invirtió en Tesoro Público y vigiló que su…