Sostiene Charles Taylor que “para hablar como un filósofo hay que leer literatura, escuchar música (…) El discurso del filósofo cojea un poco sin esa referencia a la literatura. En ella se da una riqueza, una densidad de pensamiento que falta completamente en otros textos“. Este filósofo canadiense me desafió ayer en la playa mientras saludábamos un día de sol norteño como a la rara…