Leo que Leire Pajín abandona el escaño en plena hecatombe del PSOE y pienso mal, fatal. Sí, yo soy de esas que jamás han simpatizado con la jovenzuela que aupó Zapatero nombrándola todo tipo de cargos rimbombantes hasta coronar vertiginosa la cartera ministerial. Nunca la vi muy dotada de talento, y sus vehemencias al micrófono me parecían pelín sobreactuadas. Pero a veces me he mordido…