Punto de partida: detesto las etiquetas estilo “literatura femenina” o “cine de autora”. Sospecho de las feministas furibundas que eliminan de entrada la casilla de los hombres o les hacen bailar al son que ellas tocan para probar que son aptos. Las listas paritarias sólo me parecen bien si ellas valen tanto como ellos. Me aburren los discursos donde se especifican ambos géneros “compañeros y…