Tras una noche removida, agitada como el dry Martini de James Bond, donde he nadado no menos de cien largos de colchón estilo libre, abro a mi compañera de mesilla por una página al azar y me estremezco: Me levanté a la noche y dije. “Pero soy la más apasionada de las mujeres. Quítame los afectos y sería como un alga fuera del agua; como…